jueves, 13 de marzo de 2014

Exposición TERE UNSAIN Casa de Cultura Puçol Valencia

Tere Unsain regala pinceladas de arte durante la 

inauguración de su exposición de pintura

La exposición de pinturas de Tere Unsain contó con la presencia de un buen número de vecinos, la corporación municipal y la propia autora. Pero, sobre todo, con un gesto que pocas veces hemos visto: Tere no se limitó a los consabidos agradecimientos, sino que explicó algunos detalles su obra, pequeños secretos, como esas fotos ocultas en el cordero camino del matadero, las dos caras que todos tenemos o la evolución de la persona en ese autorretrato que la muestra ayer y hoy. Toda una lección de arte.
El viernes 7 de marzo, sin previo aviso, la exposición de pintura de Tere Unsain convirtió la sala de exposiciones de la Casa de Cultura en una clase magistral. Un auténtico regalo para el público que asistía al acto de inauguración.
Unas pinceladas que muestran lo que es un Artista. Así, con mayúsculas.
La concejal Eloísa Rosa Martínez y la alcaldesa Merche Sanchis cumplieron con diligencia el guión previsto.
La primera habló de la Semana de la Mujer, de los actos de inauguración y, casi como un aviso a navegantes, de lo diferente que era en esta ocasión, porque esta exposición no abre sino que cierra los actos de la semana, todo ello regado con los oportunos agradecimientos a los que la han hecho posible.
La alcaldesa se ciñó al protocolo para cerrar el acto con la mayor brevedad posible. Recordó que la mujer está cada día más presente en todos los ámbitos de la vida y, para reafirmar sus palabras, celebró que esa misma mañana una vecina de Puçol, Susana Camarero, había sido nombrada responsable de las políticas de igualdad.
Pero entre ambas se coló una artista, la autora de las obras que se exhiben gratuitamente hasta el 6 de abril: Tere Unsain.
Y Tere hizo añicos el protocolo.
Agradeció a todos su presencia, claro. Pero eso era sólo el prólogo. Luego se giró hacia una de sus obras, la que preside la sala, un óleo sobre aluminio de 200 x 100 centímetros, fechado en 2009, cuando comenzaba la crisis, titulado Así nos llevan.
Es como una alegoría del cordero pascual al que llevan al sacrificio. Hay mucho realismo en este cuadro, pero a mí me gusta abrir caminos, de ahí que si te fijas bien verás caras de personas incrustadas en ese cordero. Así es como nos llevan a nosotros, como corderos al matadero”.
Y así, señalando cada uno de los cuadros, fue regalando a los asistentes algunas pinceladas explicativas de cada uno de ellos.
Esta es una pintura cáustica: la cera sobre el aluminio da un resultado excelente y como va con resina se pega muy bien. De hecho para el toro que veis aquí tuve que rascar duro para poder levantar parte de la pintura”, apuntaba mientras señalaba Esperando la corrida, una espectacular tabla de dos metros por uno.
Luego, hablando de Valeria, otro óleo sobre aluminio, resumía con humildad su mensaje: “este cuadro surgió al conocer un pueblo con cuatro personas. Todos tenemos dos personalidades, la que enseñamos y la que guardamos, por eso tenemos aquí dos cuadros de mujeres donde la cara está dividida por la mitad y son dos mitades muy distintas”.
Una dualidad que también aparece en su mural sobre la infancia, en la que aparece la protección materna como lado positivo, pero todos los miedos que acechan a esa edad como el lado oscuro.
Una dualidad también presente en su Autorretrato, la pieza más espectacular de la exposición, dividida en dos partes: “A la izquierda estoy yo de joven, cuando decía no a todo y no paraba de hablar. Ahora reflexiono y muchas veces me quedo callada”.
Y así, sin palabras, nos dejó a los que allí estábamos, disfrutando de su obra.
Toda una lección de arte… y de vida.
Más información: www.unsain.com.
Informa y fotos: Sabín




























  
 


  











 

















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